
Abaratando costes en la enseñanza pública y desviando recursos humanos y materiales a la enseñanza concertada de todos los niveles educativos, el Gobierno está imponiendo un concepto de calidad educativa imprecisa y equívoca, y aludiendo continuamente a conceptos como eficiencia, competencia, libertad de elección, rendimiento y oferta/demanda, el discurso neoliberal está conduciendo a un libre mercado educativo que es justamente lo que está minando su calidad.