CCOO y UGT, las organizaciones empresariales CEOE y CEPYME y el Gobierno han suscrito el 29 de julio un ‘Acuerdo de propuestas para la negociación tripartita para fortalecer el crecimiento económico y el empleo’, que contempla la puesta en marcha en octubre de un plan de empleo y de ampliación de la protección al desempleo, en el que tendrán prioridad los desempleados con cargas familiares que vivan en un hogar sin ingresos laborales, que sean parados de larga duración y/o que tengan un bajo nivel formativo.
El Plan de Empleo, que más allá de la necesidad de atender a los jóvenes de 16 a 24 años, mediante el desarrollo del Sistema Nacional de Garantía Juvenil, pone el acento, además de en los parados de larga duración, personas con poca cualificación o cualificación inadecuada y mayores de 45 años, en los desempleados que viven en alguno de los 740.000 hogares donde no entra ningún ingreso laboral (salario, prestación, subsidio o pensión).
“El plan se dirige, además de a los jóvenes, a los desempleados menos empleables y que están o rozan la exclusión social. Estas personas van a tener dificultades para encontrar un empleo, incluso, aunque la economía crezca con intensidad; por eso hay que hacer algo ahora, para evitar que se conviertan en parados estructurales y se polarice la sociedad, aumentando las bolsas de exclusión”, señala CCOO.
Según recoge el propio acuerdo, “este plan constituye un instrumento para combatir la desigualdad y apoyar a las personas en riesgo de pobreza y /o exclusión”. Por ello, un colectivo fundamental para el plan lo constituye el de los parados que viven en alguno de los 740.000 hogares donde no entra ningún ingreso laboral, sea salario, prestación, subsidio o pensión, es decir, los hogares más relacionados con la exclusión social.
“El plan de empleo se diseña para dar formación a los parados que viven en ellos (en particular a los cabezas de familia), y mientras completan su itinerario de inserción, recibirán un subsidio o un contrato a tiempo parcial subvencionado compatible con su horario de formación. Con ello se pretende aumentar la tasa de cobertura al desempleo en 10 puntos y reducir las tasa de exclusión social a la mitad (actualmente el 6,3% de los hogares sufren privación material severa)”, explica Carlos Martín, responsable del Gabinete Económico confederal de CCOO, que advierte que el Gobierno se ha comprometido a concretar en una cuantía suficiente su financiación.
Estas medidas, según los datos del Gabinete Económico de CCOO obtenidos a partir de la EPA del segundo trimestre de este año, se dirigirán a los 471.000 parados cabezas de familias de los 740.000 hogares sin ingresos laborales, donde viven alrededor de 1.404.000 personas, de las cuales 269.000 son menores de 16 años y el 77% nacido en España u otro país desarrollado. En estos hogares hay 670.000 desempleados, de los cuales 471.000 son cabezas de familia, el 70% lleva más de un año desempleado y el 41% tiene, como mucho, estudios de ESO.
El Plan de Empleo, que más allá de la necesidad de atender a los jóvenes de 16 a 24 años, mediante el desarrollo del Sistema Nacional de Garantía Juvenil, pone el acento, además de en los parados de larga duración, personas con poca cualificación o cualificación inadecuada y mayores de 45 años, en los desempleados que viven en alguno de los 740.000 hogares donde no entra ningún ingreso laboral (salario, prestación, subsidio o pensión).
“El plan se dirige, además de a los jóvenes, a los desempleados menos empleables y que están o rozan la exclusión social. Estas personas van a tener dificultades para encontrar un empleo, incluso, aunque la economía crezca con intensidad; por eso hay que hacer algo ahora, para evitar que se conviertan en parados estructurales y se polarice la sociedad, aumentando las bolsas de exclusión”, señala CCOO.
Según recoge el propio acuerdo, “este plan constituye un instrumento para combatir la desigualdad y apoyar a las personas en riesgo de pobreza y /o exclusión”. Por ello, un colectivo fundamental para el plan lo constituye el de los parados que viven en alguno de los 740.000 hogares donde no entra ningún ingreso laboral, sea salario, prestación, subsidio o pensión, es decir, los hogares más relacionados con la exclusión social.
“El plan de empleo se diseña para dar formación a los parados que viven en ellos (en particular a los cabezas de familia), y mientras completan su itinerario de inserción, recibirán un subsidio o un contrato a tiempo parcial subvencionado compatible con su horario de formación. Con ello se pretende aumentar la tasa de cobertura al desempleo en 10 puntos y reducir las tasa de exclusión social a la mitad (actualmente el 6,3% de los hogares sufren privación material severa)”, explica Carlos Martín, responsable del Gabinete Económico confederal de CCOO, que advierte que el Gobierno se ha comprometido a concretar en una cuantía suficiente su financiación.
Estas medidas, según los datos del Gabinete Económico de CCOO obtenidos a partir de la EPA del segundo trimestre de este año, se dirigirán a los 471.000 parados cabezas de familias de los 740.000 hogares sin ingresos laborales, donde viven alrededor de 1.404.000 personas, de las cuales 269.000 son menores de 16 años y el 77% nacido en España u otro país desarrollado. En estos hogares hay 670.000 desempleados, de los cuales 471.000 son cabezas de familia, el 70% lleva más de un año desempleado y el 41% tiene, como mucho, estudios de ESO.