El borrador lejos de enterrar el hacha de guerra, supone un giro radical en la utilización de las lenguas cooficiales, donde se plantea que las comunidades con lengua cooficial tendrán que pagar la escolarización en centros privados cuando no haya oferta docente pública o concertada para los alumnos cuyos padres deseen que sean escolarizados en castellano.
La propuesta incluye que los alumnos deberán elegir entre religión y la alternativa Valores Culturales y Sociales en primaria y Valores Éticos en secundaria, desapareciendo la asignatura de Educación Cívica y Constitucional, que iba a sustituir a Educación para la Ciudadanía.
Las materias troncales supondrán no menos del 50% del total de los horarios tanto en primaria como en secundaria obligatoria y bachillerato. Entre los aspectos académicos, en primaria, secundaria obligatoria y bachillerato las asignaturas se agruparán en tres bloques: troncales, de especialidad y específicas. A la administración central corresponderá determinar los contenidos y el horario mínimo de las asignaturas troncales, y fijar el horario máximo de las asignaturas específicas.
En cuanto a las pruebas que deberán pasar los alumnos al final de ESO y bachillerato, los criterios de evaluación y características serán establecidos para todo el sistema educativo por el Ministerio, mientras que corresponderá a las comunidades realizarlas. Los alumnos de FP básica también tendrán opción de titularse en la ESO bajo ciertos requisitos.