
"Los recortes han afectado especialmente a las plantillas y al capítulo de inversiones"
A finales del año pasado la Comisión Europea incluía a España entre los pocos países de los 28 que han recortado la financiación en todos los niveles educativos, desde Infantil a la Universidad (Education and training. Monitor 2013). A pesar de que el Ejecutivo europeo insiste en que el gasto educativo es una inversión de futuro y pide a los Gobiernos que busquen vías para incrementarlo, durante los últimos años España ha nadado a contracorriente.
De los 10 países de la Unión Europea (UE) que tienen una inversión en educación inferior la media de los 28, cuatro están haciendo mayores esfuerzos y han logrando incrementar su gasto en el periodo 2010/2012. No es el caso de nuestro país, que se encuentra entre los seis únicos países que además de estar por debajo de la media sigue recortando su gasto público en relación con el Producto Interior Bruto (PIB).
Entre los años 2008 y 2010, España ha reducido su gasto por alumno un 0,3% en Educación Primaria, un 8,5% en Educación Secundaria y un 1,3% en Educación Superior, mientras que la media de este gasto en la UE se ha incrementado, respectivamente, 6,9%, 3% y 3,5%. El informe de la Comisión Europea advierte, además, que es posible que los recortes hayan sido superiores a partir de 2011.
Según datos publicados recientemente por el Ministerio de Educación, durante los primeros cuatro años de la crisis (de 2009 a 2012) la evolución del gasto público educativo ha disminuido un 12%, es decir, en este periodo la educación española ha perdido 6.300 millones de euros.
La inversión del Ministerio ha disminuido un 15%, lo que supone renunciar en buena medida a la compensación de las diferencias territoriales en gasto educativo.
Los recortes han afectado especialmente a las plantillas y al capítulo de inversiones. El gasto en personal ha caído un 13,83%. Así, a pesar de que los salarios medios de los docentes de la UE-28 representan en torno al 70% del gasto educativo, en España no superan el 63,26%.
El capítulo dedicado a la financiación de bienes y servicios (gastos corrientes, entre ellos luz, papel y calefacción) se ha reducido un 7,57%; y el de inversiones (nuevas construcciones, edificaciones, etc.), un 54,84%.
Análisis aparte merece el capítulo en el que se incluyen las becas, conciertos con centros privados y transferencias a las universidades públicas. La evolución de estos componentes ha sido muy desigual. La inversión en becas ha caído un 1% entre 2009 y 2012. Los fondos para conciertos han descendido un tímido 2,8%, ya que en algunas comunidades autónomas este gasto no solo no ha bajado, sino que se ha incrementado, a pesar del deterioro de las condiciones laborales de trabajadores y trabajadoras de los centros concertados. Las transferencias que reciben las universidades han disminuido un 11% hasta 2012, aunque en 2013 han continuado cayendo.
En los últimos años, nuestro sistema educativo ha asumido importantes mejoras, como la extensión de las tasas de escolarización de 0 a 5 años y en la educación postobligatoria, la obligatoriedad de 6 a 15 años y la incorporación de 800.000 alumnos y alumnas de familias inmigrantes. Sin embargo, la inversión en educación no ha alcanzado nunca el porcentaje del PIB de los países de nuestro entorno ni de la media de la UE.
La Federación de Enseñanza de CCOO recuerda, asimismo, que el gasto público en educación ha pasado del 5,1% en 2009 al 4,5% en 2013, lo que supone, además de hacer oídos sordos a las propias recomendaciones de la UE, una dejación del papel que la Constitución (art. 27.5) asigna a los poderes públicos, como garantes del derecho de todos a la educación.