


No podemos permitir que los niños y niñas se les condenen a comer comida recalentada, que ha sido elaborada a cientos de kilómetros de nuestra comunidad.
Con un presupuesto inferior al de las empresas privadas que en estos momentos gestionan estos comedores, se puede ofrecer productos de primera calidad adquiridos en las localidades próximas, generando empleo, sobretodo en las zonas rurales, ayudando a fijar población.
La entrada de empresas privadas no ha supuesto ni ahorro ni calidad, por ello, queremos recordarle a la administración, que seguiremos luchando por recuperar una gestión publica con empleados y empleadas públicos que nunca debería haber sido abandonada.

