
"Sin embargo, denuncia CCOO, los trabajadores sin cláusula cuyos salarios se incrementaron de media un 1,32% en 2010, se quedaron muy lejos de la inflación, el 3%.
En los últimos días, activada por la canciller Merkel y jaleada por distintos portavoces empresariales, económicos y políticos, se ha puesto de actualidad la propuesta de vincular salarios a productividad en lugar de a inflación. Para reforzar esta tesis, se han difundido y retorcido los datos de convenios revisados en 2011 que fijan un incremento salarial del 2,98%, "una barbaridad en tiempos de crisis". Para el secretario de Acción Sindical de CCOO, Ramón Górriz, reflexiones y propuestas como las citadas ignoran deliberadamente la verdadera situación de nuestro país: "primero, que el número de trabajadores con un incremento salarial del 2,98% (1,372 millones afectados por 955 convenios revisados en 2011) componen un sector minoritario de los trabajadores con convenio; segundo, que recurrir a la productividad como indicador del salario en España es un ejercicio de imaginación poco práctico, si tenemos en cuenta la escasa transparencia y fiabilidad de un índice, el de productividad, sin referencia oficial; y tercero, que los mismos que orquestan esta campaña de asociar salarios a productividad, desprecian a los millones de trabajadores que, por no disponer de cláusula de revisión, han visto como sus salarios han perdido mucho poder adquisitivo en 2010".
Górriz recuerda que los sindicatos tenían razón cuando criticaron la ligereza del Gobierno de no fijar un objetivo de inflación y confiaron en una senda de crecimiento de los precios en 2010, de nula credibilidad. Los más optimistas se movían por debajo del 1% cuando se inició el año; algunos organismos y expertos dieron un toque de atención al Ejecutivo y hablaron del 1,8% ; y finalmente el IPC alcanzó a finales de año, el 3%, echando por tierra todas las previsiones y legitimando la acción sindical que hubo de recurrir en muchas empresas a denunciar ante Magistratura las decisiones unilaterales de sus gestores, al subir salarios muy por debajo de la inflación. "Es además de un disparate, un ejercicio de inmoralidad que en un país como el nuestro se quiera imponer a los trabajadores la pérdida de poder adquisitivo, vinculando productividad y salarios, mientras persiste la opacidad de la actividad económica de las empresas y se improvisan por parte del Gobierno tasas de inflación imaginarias", denuncia Ramón Górriz.
Por último, el secretario de Acción Sindical de CCOO, ha reiterado la importancia de las cláusulas de revisión como mejor garantía para mantener el poder adquisitivo de los salarios, "una pauta que recogen los Acuerdos de Negociación Colectiva desde 2002, y a la que ahora parecen renunciar unos y otros, a golpe de inmoralidad y oportunismo".