Los beneficios empresariales excesivos en algunas actividades presionan al alza los precios

El IPC subió un 0,1 en febrero en relación al mes anterior, mientras que la tasa interanual se elevó tres décimas, hasta el 3,6%. Por su parte, la inflación subyacente -sin productos energéticos y alimentos no elaborados- también aumenta un 0,2% hasta situarse en el 1,8% en tasa interanual. El diferencial con el índice general muestra el protagonismo en la elevación de los precios de los productos energéticos de transporte y de la vivienda (9,9% y 14,8% anual).

Un análisis más detallado de los precios refleja una gran dualidad en el comportamiento, destacando negativamente los productos energéticos y en menor medida el capítulo de otros bienes y servicios, mientras que otros contienen un sensible aumento de su precio: medicina (-0,5%), comunicaciones (-0,7%) y vestido y calzado (0,3%).

La comparación del IPC con impuestos constantes refleja una diferencia de 1,2 puntos en los últimos doce meses que puede reflejar un casi íntegro traspaso a precios finales de las subidas de impuestos sobre el consumo aplicadas por el gobierno. Una decisión empresarial difícilmente entendible en una economía instalada casi en la recesión (PIB en 2010: -0,15%).

Los precios españoles continúan la muy negativa escalada iniciada a partir del mes de marzo del año pasado con un aumento de 2,4 puntos porcentuales que acumula un nuevo diferencial negativo con los países de la zona euro (superior a 1 punto en los últimos doce meses) con consecuencias dramáticas sobre la posibilidad de competir en un área donde se dirimen el 70% de los intercambios comerciales españoles (el diferencial de inflación supera los 16 puntos desde 1993). Los márgenes para crear empleo se reducen aún más y se acumula un problema más para salir de la crisis.

En un momento tan delicado de la economía española sería muy necesario un mayor compromiso de todos con el objetivo de control de precios para evitar una espiral inflacionista que nos lleve a la temida estanflación. El esfuerzo debe ser mucho más intenso en aquellos sectores de actividad donde se mantienen márgenes excesivos, como por ejemplo los relacionados con la producción y distribución de energía. En este terreno CCOO recuerda la necesidad de negociar un mix energético que permita facilitar a la economía española la energía necesaria con un precio mucho más razonable al actual.