
Los italianos podrían tener su huelga general dentro de poco, ya que ambos lados siguen sin unirse en un punto.
Fracasó la concertación en Italia para la reforma laboral y vuelve la tensión política. Tras 60 días de dura negociación entre el Gobierno y las fuerzas sociales, el primer ministro, Mario Monti, ha dado por terminado el tiempo del diálogo. Para Monti la reforma laboral, que supone modificar leyes de protección del empleo que se remontan a los años 70, constituía una prioridad. Tras agotadoras discusiones, Monti logró el apoyo de empresarios y sindicatos moderados, pero se opuso con firmeza el sindicato mayoritario, la CGIL, ligado al centro izquierda, que ahora lo desafía abiertamente.
La CGIL denuncia que con la reforma laboral habrá despidos en masa y ha propuesto ya una huelga general de 8 horas y otras 8 para asambleas territoriales, en protesta por las medidas. La secretaria general de la CGIL, Susanna Camusso, ha sido muy crítica. «El Gobierno carga sobre los trabajadores y pensionistas el peso del saneamiento de la deuda y no muestra atención a la cohesión social», dijo. Monti se reúne hoy con las partes sociales para mostrarles el plan definitivo que enviará al Parlamento. Lo hará por decreto, como hizo con las pensiones y la introducción de las liberalizaciones.
ABC.es
Ángel Gómez Fuentes
Corresponsal en Roma
22.03.2012