
CCOO y UGT consideran que la estrategia de empleo de las personas de más edad debe ser negociada con los agentes sociales.
La necesidad de abordar una Estrategia específica que incorpore nuevas "medidas en materia de empleo, formación y condiciones de trabajo, con los objetivos de favorecer su mantenimiento en el mercado de trabajo y promover la reincorporación al mismo de aquellos que pierden su empleo en los últimos años de su vida laboral" está recogida en el Acuerdo Social y Económico de febrero de este año y ha sido incluido en el Real Decreto-ley 1/2011, como mandato que el Gobierno debía cumplir en el plazo de seis meses. Tras su remisión a los interlocutores sociales, el pasado 23 de septiembre, UGT y CCOO han analizado las propuestas y enviado al Gobierno las siguientes observaciones:
El documento que se presenta apenas concreta tres medidas, refiriéndose en lo demás a un listado de líneas de actuación en las que se presentan materias que deben ser analizadas y negociadas con los interlocutores sociales, algunas de las cuales implicarían una reforma legislativa.
En un contexto de recesión como el actual, en el que existe una fuerte contracción de la economía y destrucción de empleo, las medidas han de ir encaminadas a potenciar un tratamiento específico de la situación laboral de las personas de 55 a 64 años, en el mismo nivel de importancia que otros colectivos que permitan potenciar el acceso y el mantenimiento del empleo.
Asimismo, sería conveniente desarrollar medidas específicas dirigidas a las mujeres. Aquí, habría que profundizar en las medidas de formación destinadas tanto a las mujeres desempleadas con difícil acceso al mercado laboral como a las mujeres empleadas, que les haga posible mejorar su nivel de cualificación y acceder al empleo o mejorar su situación laboral.
De forma adicional, también sería conveniente promover un cambio en la cultura empresarial a través de campañas encaminadas a sensibilizar a los empleadores sobre las consecuencias de los despidos de trabajadores de edad avanzada, aumentando la sensibilización de los empresarios ante el envejecimiento y fomentando la reintegración de los trabajadores desempleados de más edad.
Por último, habría que tener también en cuenta la realización de programas de sensibilización y formación general que permitan aumentar la conciencia social sobre este problema, dirigidos a trabajadores que tengan una relación directa o indirectamente con las Administraciones Públicas, así como a las oficinas de empleo y orientadores laborales. Unos programas que permitan redefinir la imagen de la persona mayor dentro de la sociedad para eliminar todos aquellos estereotipos y prejuicios que impiden una plena participación activa en la sociedad.