El sindicalismo es necesario

Ahora está de moda criminalizar el sindicalismo e intentar hacer ver a los demás que son una lacra social. Son más 'guais' los que rajan de los sindicatos y ponen a sus miembros de flojos mientras evitan mirar su propia joroba. Entre la estrategia de desprestigio puesta en marcha por un gobierno que dice llamarse 'socialista' para ocultar sus propias vergüenzas y la ira de aquellos señores del capitalismo que nunca han necesitado a un sindicalista a su lado porque no saben qué es trabajar, va a resultar que los culpables de la actual situación económica son estas organizaciones que nacieron porque el currito de a pie las necesitaba para acudir cada mañana a su puesto de trabajo a ganarse la vida y no a perderla. La crítica hacia el liberado se palpa en el ambiente, máxime cuando muchos se empeñan en que la huelga general ha fracasado. Efectivamente, hay muchos sindicalistas que no merecen estar liberados pero también hay muchos políticos, banqueros y personas de otros sectores de este país de quijotes y caraduras que no merecen engordar sus cuentas todos los meses gracias al sudor de quienes padecen condiciones laborales pésimas. Estoy seguro de que si algunos sindicalistas liberados de buen corazón supieran que cada trabajador se va a convertir en defensor de sus derechos renunciarían a su liberación e incluso a su afiliación a cualquier organización sindical. El verdadero sindicalismo se lleva en la sangre. Sin embargo, la realidad es bien distinta y a la pasividad de quienes sufren se suma una política de desprestigio que, en muchísimas ocasiones, nada tiene que ver con la realidad. Si no que pregunten a los muchos trabajadores que han ganado un juicio gracias a los gabinetes jurídicos de estos sindicatos y han cobrado el dinero que les corresponde y que un día se lo negaron quienes se hacen de oro a su costa, o también a aquellos otros a los que una sentencia les ha devuelto la dignidad que quienes les tienen atados por un sueldo un día les quitaron. Los sindicalistas, o mejor dicho, la filosofía sindicalista, es necesaria para llegar a un equilibrio entre productividad y bienestar laboral. Por el bien de trabajadores y empresarios. Por el bien de este país.

Juanmi Armuña
(Juanmi Armuña es periodista. Trabaja en El Faro de Ceuta)