
El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, ha insistido en la necesidad de un Pacto por el Empleo, al que se llegaría mediante un diálogo social reforzado articulando medidas en cuanto a salarios, beneficios empresariales, fiscalidad y precios. Toxo señala que la prioridad no puede ser el saneamiento de la banca privada.
Parece que ahora el lenguaje de los políticos es sobre crecimiento y creación de empleo, señala CCOO, aunque éste no se refleje mucho en los actos, especialmente la actitud de la troika hacia Grecia y Portugal, que más allá de los recortes presupuestarios que se imponen a estos países, pretenden que se vulneren los derechos sociales y laborales de trabajadores y ciudadanos.
Este cambio en el lenguaje, a falta del cambio en los actos, es el rasgo novedoso de la reunión de la Cumbre Social Tripartita que se celebra en Bruselas, y a la que asisten el presidente del Consejo, Van Rompuy, el presidente de la Comisión, Durao Barroso, representantes de los gobiernos, sindicatos y patronales del trío de presidencias: Polonia, Dinamarca y Chipre y una amplia delegación de la CES, encabezada por su presidente, Ignacio Fernández Toxo, y la secretaria general, Bernadette Ségol. A la reunión no ha asistido el nuevo presidente del BCE, Mario Draghi.
En la reunión, la CES ha exigido una respuesta solidaria a la crisis de la deuda, la emisión de eurobonos, la creación de un banco europeo para emisión de deuda, el fin de la evasión fiscal y de los paraísos fiscales, la implantación ¡ya! del impuesto a las transacciones financieras, y ha criticado las seis normas para la gobernanza económica (el llamado six-pack), que solo piensan en el objetivo de la reducción del déficit y de las deudas de los Estados. También ha hecho una llamada de atención especial a que la troika formada por el FMI, la Comisión y el BCE quiere romper el cumplimiento de los acuerdos laborales y sociales, y ha criticado las decisiones de gobiernos como los de Hungría, Rumania y la República Checa que están vulnerando las normas fundamentales del trabajo y los derechos sindicales establecidos por la Organización Internacional del Trabajo.
Por su parte, el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, ha criticado el oscurantismo en la toma de decisiones y como ejemplo de ello ha mencionado la carta que el Presidente del BCE dirigió al gobierno italiano exigiendo medidas como algunas privatizaciones en Italia y, de la misma manera, la imposición de la reforma de la Constitución en España. Otro ejemplo de este oscurantismo son las decisiones de Merkel y Sarkozy, sin contar con otros gobiernos, que además no se están revelando como soluciones acertadas.
Toxo también ha comentado que la prioridad ahora no puede ser un plan de saneamiento de la banca privada basado en nuevos recortes sociales, cuando no se ha resuelto el problema de la deuda pública y no se quieren adoptar las medidas necesarias. Por último, ha señalado que, en España, CCOO ha propuesto un Pacto por el Empleo, al que se llegaría mediante un diálogo social reforzado articulando medidas en cuanto a salarios, beneficios empresariales, fiscalidad y precios. La idea de un pacto de este tipo podría extenderse al ámbito europeo.
En general, todos han expresado su preocupación por el agravamiento de la situación actual en la que se mantienen los problemas de las deudas soberanas y se perfila una nueva crisis bancaria y de recesión. Reconocen que las decisiones de la cumbre europea del próximo domingo 23 de octubre son capitales y que el diálogo social tiene que ser más eficaz.
CCOO ha podido percibir algunas diferencias de matiz entre las posiciones de Durao Barroso, que presentó su plan de crecimiento al Parlamento Europeo con medidas para el impulso del empleo, especialmente el de los jóvenes, y las de Van Rompuy, que es más seguidor de las propuestas de ajuste planteadas hasta el momento, que han olvidado cuestiones fundamentales como el crecimiento y el empleo y que están teniendo un gran coste social y un enorme coste político.