
Un centro toledano es uno de los ejemplos del descontento.
Durante la primera semana de clase, los alumnos del instituto público Condestable, de Illescas, al norte de la provincia de Toledo, entraban a clase sin saber qué materia iban a dar. Era una sorpresa; llegaba el profesor y les decía: ahora Lengua. O Matemáticas. O Inglés. La razón es que las órdenes de la Consejería de Educación, aumentando las horas lectivas y reduciendo en ocho los profesores en este instituto de unos 800 alumnos de ESO, bachillerato y FP trastocaron tanto su organización que no consiguieron cuadrar el horario hasta semana y media después de empezar el curso.
Por eso, solo dos de los 76 docentes del instituto votaron no a las movilizaciones. Desde que se anunciaron los recortes, en el Condestable han estado muy activos en las asambleas de centros de la región; ya han conseguido conectarse las de Toledo con las de Guadalajara, Cuenca y Ciudad Real. Decenas de centros (sobre todo institutos; hay 217 en Castilla-La Mancha) están empapelando sus paredes y pensando acciones para presionar a la Junta.
Los recortes tienen muchas traducciones en cada instituto, pero en general se trata de que el aumento del horario lectivo de los profesores funcionarios (de 18 a 20 horas en secundaria) reduce los docentes interinos, en unos 1.000, según los sindicatos.