Recuerdo aquel día como si fuera ayer mismo. Yo entraba ese día más tarde y supe del corte de luz por una amistad que vive en Valencia. "Julián, que os han cortado la luz en vuestro instituto", señaló ella. "¿Estás de guasa?" le respondí yo, perplejo ante lo que me comentaba. Tras colgar el móvil, escuchaba la Cadena SER y escuchaba en directo las voces de mis alumnos. "Queremos luz, queremos luz". Estaba alucinando, o como coloquialmente se dice "flipando en colores". Tras ello, mientras el autobús seguía su trayecto, la rabia en mi aumentaba. Sin luz. Sin luz como en el tercer mundo. Mientras derrochan en estupideces. ¡Qué vergüenza!
Cuando llegué a la puerta del centro y vi a la prensa, les pedí hablar. ¡Quería opinar y decir lo que sentía! Allí estaban alumnos cabreados fuera del centro y yo más cabreado. Mis palabras circulan por un vídeo colgado en la red. http://www.youtube.com/watch?v=OA-AJE-stnY&feature=related
Lo que más me sorprendió ese día fue el empuje de los jóvenes, que fueron los que se sentaron en el hall del centro o se fueron del centro mientras algunos docentes pretendían dar una sensación de normalidad inexistente.
Nosotros, los profesores, también hemos sido afectados por los recortes. Sueldo, despedidos que iremos a la calle en junio, pérdida de derechos. La agresión a nosotros ha sido mucho mayor que a la Educación en términos generales, que lleva siendo agredida desde hace muchos años en nuestra tierra.
Sin embargo, la respuesta a muchos nos ha dejado perplejos. La respuesta más fuerte y más contundente debería haber sido del profesorado. Y sin embargo no ha sido así. La respuesta valiente ha sido la de los estudiantes.
Yo soy docente y he participado en todos los actos de protesta habidos hasta el momento, pero siempre los he considerado insuficientes. Pienso que el camino que debemos seguir es de una huelga indefinida, es la opción más valiente y la más arriesgada. Es la opción para que la Administración nos tome en serio. Acción que tendría su importancia si se nos une el otro sector tocado, el Sanitario. Acción que tendría a la gente en la calle todo el día protestando e informando. Acción realmente de contestación fuerte, pero que implicaría un sacrificio ahora para poder ganar o para no perder en el futuro ni los derechos laborales ni los recortes que al afectarnos directa o indirectamente a nosotros, afectan a la Escuela Pública.
Sin embargo, y seré critico con mis compañeros docentes, no hemos estado a la altura. Excusas de todo tipo, "es que no puedo hacer huelga", "es que no conviene hacer una huelga"... Excusas desde las más variopintas a las más ridículas. Incluso compañeros que por no protestar no protestan ni en las acciones de visibilización, ni en las concentraciones en la puerta del Instituto. Gente que incluso tiene miedo de hablar con la prensa "por si me acaban poniendo en una lista negra". Docentes que parecen encantados de ser pisoteados por la Administración, como un ejercicio de sadomasoquismo derivado del amor a la gaviota. Miedo, aceptación de la imposición, resignación, autoinculpación (escuchar a docentes considerarse privilegiados).
También existe cierto número que protestan ahora. Que mientras no le han tocado el sueldo, miraba para otro lado mientras la Educación Pública era saboteada y destrozada desde el poder. Por suerte una minoría. Pero existen casos y son lamentables en mi opinión.
Por ello, es comprensible que ante lo sucedido en Valencia esté orgullosísimo de los estudiantes. Porque hay que reconocer -a pesar de ser un docente que no para de dar la brasa en la protesta- que la lección que nos habéis dado es MAGISTRAL. Con mayúsculas. Quizá por la juventud, quizá por impulsividad, o por lo que fuere.
La protesta en Valencia se debe a algo parecido a lo sucedido en Alicante. Aquí también hubo una concentración en la puerta del centro de alumnos, fundamentalmente, junto a algunos padres y a algunos profesores. No hubo un solo incidente. Quizá porque no había Policía Antidisturbios para crear los disturbios como en Valencia.
Protestasteis por la calefacción del centro en particular, por los recortes en Educación en general. Os perseguían, como si fuerais delincuentes, como si fuerais el enemigo. No os rendisteis. Al día siguiente volvisteis a protestar, en lugar de tener miedo o poner excusas... Os volvieron a agredir. Y al siguiente, y al siguiente....El lunes, tras una cacería del estudiante, detenciones, palos y más palos, no sólo no doblasteis la rodilla, sino que conseguisteis que muchos más saliéramos a la calle a apoyaros y a solidarizarnos con vosotros. Entre ellos muchos docentes de fuera de Valencia. Y muchas personas.
Nos habéis dado a muchos una lección de DIGNIDAD que no olvidaremos ni deberíamos olvidar. Habéis demostrado que, a pesar de vuestra adolescencia, tenéis una energía y un ansia de justicia y libertad que no se fractura ni con palos, ni con insultos policiales, ni con amenazas. A pesar de la espontaneidad de vuestra protesta, plantabais cara a unos antidisturbios falderos del poder. Con un respeto y una corrección que ellos no tuvieron con vosotros.
Jamás se me olvidará la frase de "no tienes cuerpo ni de puta" que le dirigió el agente abusón a una estudiante. Quizá tuviera razón y la estudiante no tenía cuerpo ni de puta (posiblemente era experto en la materia), pero de lo que estoy seguro es en que la chica poseía dos cosas que al valiente antidisturbio le faltaban: EDUCACIÓN y DIGNIDAD.
Como profesor os tengo que dar la enhorabuena sinceramente. Habéis luchado contra algo injusto, haciendo uso de vuestro derecho de manifestación. No habéis cedido a la violencia, agresión, amenaza de los que os golpeaban e insultaban el pasado lunes. Más bien al contrario, habéis conseguido que la sociedad mayoritariamente se ponga de vuestro lado. E incluso, más que nosotros mismos, habéis llevado a los ojos de muchos despistados que existen problemas graves en la Educación Pública: que hay centros sin calefacción, centros deteriorados, profesores que no son sustituidos, becas que quieren ser recortadas, etc. Habéis dado una lección de cómo se defienden los derechos a capa y espada, incluso a alguno de los resignados docentes o padres que piensa que es mejor quedarse en casa y callarse, aceptando lo que venga.
Algún medio llegó a decir que había profesores que azuzaban la protesta, intoxicando con mentiras. Lo dudo mucho. En este colectivo impera, mal que me pese, la prudencia. Aunque si con azuzar se refieren a enseñar a los jóvenes el valor de ser justos y defender sus derechos, quizá deberíamos estar en la cárcel miles de docentes y muchos progenitores, por atrevernos a enseñar a adolescentes a tener un pensamiento crítico, a no aceptar las injusticias, a no callarse ante las tropelías. A no decir "Si, bwana".
Algunos de los que acusaban a los jóvenes de ser unos gandules, de estar fumando porros y jugando a la play, son los mismos que ahora les insultan por manifestarse. No merece la pena ni tenerlos en cuenta. Lo único que merece la pena es volveros a dar las gracias por la lección que como venerables maestros nos habéis dado a muchos. Incluido a muchos docentes.
Por lo que a mí respecta, tenéis todo mi apoyo y solidaridad, y por ello aprovecho desde aquí para hacéroslo saber, además de exigir lo mismo que exigís vosotros:
- Dimisión de la Delegada del Gobierno y el Jefe de la Policía
- Apertura de expedientes y sanciones a todos los agentes que se extralimitaron.
- Suspensión de todos los cargos imputados a los detenidos en la protesta.
¡Enhorabuena! ¡Estamos muchos con vosotros!
